sábado, 7 de agosto de 2010

Y te vas.

Han picado a la puerta de mi habitación. Era Tom. Reconozco su forma de picar.

-Isa...-Ha dicho sin abrir la puerta.

No he respondido, así quizá me dejaba en paz.

-Se que estás ahí, pero si no me quieres ver, eso ya es otra cosa. Porfavor, responde.

He seguido callada.

-Vale, no te voy a obligar a que hables conmigo. Pero porfavor, por lo que más quieras, déjame que te diga una cosa.

Por lo que mas quieras... Lo que más quiero eres tu, Tom.

No quiero hablar.

Después de un rato, parecía que Tom se hubiera ido y he salido para ir a clase.

En clase, me he fijado en que Tom no estaba. No le he dado importancia y he intentado concentrarme en mis cosas.

Pero al salir de clase me lo he encontrado saliendo de la habitación de Scott. Tenía ganas de preguntarle que hacía allí, pero también de evitarle. Pero al ver su cara tan triste, he decidido evitarle.

Él me ha visto, pero no se ha escondido, ha venido a hablar conmigo. Me he girado y he caminado hacia el lado contrario de donde estaba él.

Pero me ha alcanzado y me ha cogido del brazo.

-Enserio, quiero hablar contigo.

-Que quieres.-Le he dicho en tono exigente.

-Que no sigas enfadada.

-¿Por qué iba yo a desenfadarme? Se está mejor así.-Replico.

-Porque me voy.

-¡¿Que te vas?! Llevas días queriendo hablar conmigo y ahora que puedes, ¿te vas?- Grito.

-Me voy del internado.-Me dice.

-Te... vas... -Digo lentamente, pero vuelve el enfado.- ¡Te vas del internado y no me dices nada! ¡ME DEJAS SOLA! ¿ME ABANDONAS?

-No lo he elegido yo, me voy porque hace meses, siguiendo el consejo de alguien, demandé a mi padre por abuso.-Respira hondo.- Pero entonces las cosas eran más fáciles y no dependía de él para vivir. Entonces ahora han recibido mi carta y han encarcelado a mi padre. Y sin mi padre que me pague el internado, y que me de la medicina... Me voy, y me muero.

-Te... vas... ¿para siempre?

-Eso creo.

Rompo a llorar.

-Isa... No me lo hagas más díficil...

Isa... Solo al oír su boca pronunciando mi nombre, ya lo empeora todo, y lloro más fuerte.

Los dos nos sentamos en un banco y él empieza a hablar:

-Isa, lamento mucho estos últimos días, o incluso meses. Haberte conocido es la mejor cosa que me ha pasado en la vida, pero nada dura eternamente. Siento que no ha valido la pena enfadarse, porque hemos perdido el poco tiempo que teníamos, pero tenías tus motivos..

-¿Motivos?-Le pregunto.-Me has salvado la vida un montón de veces, me has ayudado a pasar mis malos momentos, te he estado culpando de que no me dijeras algo que ni siquiera sabías, has sacrificado tu vida por la mía... No tenía motivos para enfadarme. Soy tonta.

-No eres tonta, y lo sabes. Y también sabes que vivir sin ti, se me haría imposible. Al menos me alegro de que ya no estés enfadada.

Sigo llorando desesperadamente aunque se que eso no va a cambiar las cosas.

-A las 5 me voy. Todos vienen a despedirse, espero que tu también.

Me he ido corriendo, sabiendo que en unos días podrías estar muerto.