Congelados

A Geremildo, así lo hemos llamado, le gusta nuestra habitación y se ha quedado instalado. Le traemos comida del comedor cada día y estamos pensando en comprarle una jaula, ya que nos deja la habitación hecha una mierda. Le he cogido cariño al pajarraco.

Le he pedido a Tom que se quedara a dormir conmigo, porque me daba miedo el fantasma. Él ha accedido, y hemos pensado que era mejor que durmiéramos en su habitación por si nos descubría el de historia.


Hemos ido a su habitación. Me he fijado en su camiseta negra de pijama, que le marcaba los abdominales, pero no le iba pequeña. Yo iba con una camiseta de tirantes y unos shorts negros.

Al pasar por su mesita de noche no ha cogido los somníferos. Me ha dejado confundida.

-Gracias.

-¿Por dejarte dormir en mi cama? No me importa.

-Por todo. Me has salvado la vida miles de veces, me has ayudado, me has hecho feliz...

Tom ha soltado una carcajada distraído.

-A veces eres tan cursi...-Me ha dicho. No se si eso es bueno o malo.

Tom se ha estirado en un lado de la cama y me ha hecho un gesto. Seguidamente ha apagado la luz. Yo he caminado indecisa hacia la cama y él me ha ofrecido una mano para que encontrara el camino. Me he estirado tímidamente en el lado derecho de la cama, justo en la punta. El estaba estirado mirando el techo y yo no sabía si debía dormirme o esperar a que dijera algo. Tampoco tenía sueño, así que me he quedado mirándole. Al notar mi mirada clavada en el se ha girado hacia mi. Me ha tapado la boca con su dedo índice, para que guardara silencio.

-Espera, escucha.-Me ha dicho.

He oído los ronquidos de Isma, la voz de Alex y la de Eloy. Ya no se oye la de Victor.

-¿Victor ya no habla?-He preguntado entre susurros.

-No. Ya no, desde que leyó la carta de Natalia. Se le ve bien.

-¿Y tu?

-¿Yo qué?

-Si tu estás bien...

Tom ha soltado una de sus preciosas carcajadas. Se reía de mi.

-Isa, Natalia para mi es la mejor amiga de mi chica. Me da pena que haya muerto, pero más pena me da que estés triste.

Puedo pensar que esto puede ser lo más bonito que me han dicho en la vida o también puedo pensar que Tom es un insensible por haber dicho eso sobre mi mejor amiga. Pero yo solo me he fijado en dos palabras :.

-¿Así que soy tu chica?-Le he preguntado medio sonriendo.

-No. Tu eres mi chica GUAPA.-Me ha dicho.

-Aaaah, ¡vale!. Eso está mejor...

Tom ha sonreído y yo le he besado tiernamente. Después he bostezado y he apoyado la cabeza en el hombro de Tom. Sin querer me he quedado dormida y mientras Tom ha permanecido despierto acariciándome el pelo. Es mejor que Toski, mi osito de peluche...

Pero la tranquilidad no ha durado mucho.

Carol ha entrado corriendo por la puerta y ha encendido todas las luces, de forma que nos ha despertado a todos.

-No hay tiempo para explicaciones... Venid, ¡a Elsa le pasa algo! ¡Vamos, corred!-Ha dicho entre jadeos y empujándonos.

No hemos podido entrar en nuestra habitación. Era imposible. La puerta estaba prácticamente congelada.

-¡Elsa sigue dentro!-Ha gritado Carolina.

Tom ha cogido carrerilla y de un empujón ha abierto la puerta. Ya teníamos bastantes problemas para que yo ahora empezara a derretirme como una enamorada.

Hemos entrado en la habitación y Elsa estaba durmiendo plácidamente.

-¿Que ha pasado?-He preguntado.-Isma cierra la puerta, que nos van a ver.

-Els... Elsa estaba... Estaba helando... la habitación.-Ha dicho asustada Carol.

-Eeeh..., Carol, ¿Te encuentras bien?-Ha dicho Victor.

-Bueno, eso explicaría lo de la puerta...-Ha comentado Alex.

De repente, ha venido una ola de frío. Todos hemos tiritado excepto Elsa, que ni se ha despertado.

-¿Que está pasando?- Ha preguntado alguien del grupo.

El frío iba cambiando de intensidad, según los latidos del corazón de Elsa.

-Hay que despertarla.-He dicho.-Sino nos vamos a helar.

Después de probar despertarla sin resultado ninguno...


-Chicos... No se despierta.-Ha dicho Carol temblando.-Y aquí hace frío.

-Me estoy mareando...-Ha comentado Eloy.

-Emmm... Mirar al bicho.-Ha dicho Tom...

Me he girado hacia Geremildo. Tom acostumbra a llamar 'bicho' al pobre pajarito...

Al ver el pájaro me ha entrado más frío. Nuestro pobre Geremildo ha quedado congelado. He corrido hacia el pajarito y lo he cogido en mis brazos. Me han entrado ganas de llorar. Creo que Tom se ha dado cuenta.

-Piensa en positivo, Isa: El pájaro no está muerto, porque sino verías su espíritu.

Me he intentado aferrar a esa idea. Pero de pronto me ha asaltado una idea peor.

-Si el pájaro sigue vivo debe de estar congelándose... Hay que hacer algo. ¡Eloy haz algo!-He dicho Eloy porque él es el único que tiene poderes 'calefactorios'.

Eloy, que estaba sentado en una silla, con la cabeza apoyada en el brazo ha dicho débilmente:

-Pasármelo.-Ha Eloy le daba vueltas la cabeza.

-¿Estás bien?-Ha preguntado Alex.

-Me encuentro un poco mareado... Pero pásame a Gere.

Le he dado el pájaro congelado esperanzada. Mientras Carol seguía intentando despertar a Elsa.

Eloy ha intentado revivir al cubito de pájaro con todas sus fuerzas. Parecía que todo iba mejorando y que al menos Geremildo saldría vivo.

El chico ha conseguido que el pájaro se descongelara, pero Eloy ha caído espatarrado en el suelo.

Todos nos hemos mirado exaltados (excepto Eloy que estaba inconsciente y Elsa que sigue dormida).

Tom ha reaccionado rápido, ha corrido hacia Eloy y le ha estirado en una cama, para ser exactos en la mía.

-Hay que sacarlo de aquí.-Ha concluido Tom.

-Ya, pero la puerta está atascada otra vez, lo único diferente de antes es que ahora estamos encerrados adentro y antes afuera.

Todo esto ha pasado muy rápido y entre los nervios, ya no me acuerdo de lo que pasó exactamente.

Elsa se ha despertado al oír el sonido del cuerpo de Eloy al caer desmayado. Durante un segundo el frío a parado, volvíamos a estar a temperatura ambiente. Pero no ha durado mucho porque el frío a vuelto.

-Buenos días... ¡Ay, madre...!-Ha gritado Elsa al ver a Eloy espaturrado en la cama.

-Dirás buenas noches.-ha corregido Isma.- Y no son muy buenas, que digamos... ¡Vaya nochecita que nos estás haciendo pasar!

-¿Yo? ¿Por?-Se ha encarado Elsa.

Les he detenido rápidamente. No había tiempo para discutir.

-Elsa, tienes que parar de hacer eso.-Le he dicho velozmente.

-¿El qué?

-¡Congelar!

-Pero si yo no hago nada...-Ha dicho soñolienta.

-Elsa, escúchame. Si no paras puede que Eloy nunca despierte.-Le he dicho utilizando mis conocimientos de medicina.

-¿Eloy? ¿Está dormido?