miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Me intentas matar?

Hola, debo decir que me encanta que me escribáis comentarios y me gusta saber que hay gente que lee mi blog.
GRACIAS A TODOS,
Isa.

---------------------

Tom estaba en la orilla pensando en sus cosas. Y yo pensando en él. Que tonta que puedo llegar a ser... A veces siento ganas de pasarme por su mente; saber lo que piensa, y escuchar todas esas cosas que nunca me ha querido contar. Y, ahora, supongo que ya no me las contará nunca. Me gustaría saber si piensa en mi, aunque solo piense en mi una décima parte de lo que pienso yo en él.

-Si tantas ganas tienes de estar con él ahora es el momento...-Me ha dicho Isma, que se había fijado en la forma en que me había quedado mirando a Tom.

-Las cosas no son tan fáciles...-Le he contado.- Él no querrá que vaya...

-¿Y por que no lo compruebas?-Me ha tentado.

-Por miedo a la respuesta.

Entonces una mano ha tirado de mi y me ha empezado a empujar hacia el agua. Sé perfectamente quien está tirando de mi. ES NATALIA. Pero no entiendo por qué... He intentado resistirme pero es más fuerte que yo. Natalia me ha llevado hasta una roca. Se ha girado y yo me he girado para ver que hacía.

No comprendo por qué, pero Natalia, mi mejor amiga hasta hace poco, me ha empujado al agua. El agua está helada pero yo solo pienso en que mi mejor amiga me está intentando matar, o eso parece. Debajo del agua la cosa no ha mejorado. Natalia me cogía de la mano y yo me intentaba soltar. Me estaba quedando sin aire.

Luego me ha señalado el fondo del lago. Es muy profundo y no puedo ver bien el suelo. El agua me quema en los ojos. He ajustado la vista para ver que era eso que Natalia me señalaba. Otra vez.

El mismo cadaver pero diferente lugar. La misma chica rubia con la misma cara de susto. La primera vez la vi fue este verano, en una caseta medio abandonada.

Ese día, Natalia y yo nos fuimos a tomar el sol al lago y nos quedamos
sobadas.
Al despertarnos ya era de noche y además nos había dado una insolación y
estabamos confusas. De camino de vuelta nos perdimos y entramos en la caseta del
bosque. Creíamos que estaba inhabitada. Nada más entrar en la casita, alguien
cerró la puerta detrás nuestro. Mientras yo intentaba abrir la puerta
Natalia se dio cuenta de algo. No estabamos solas. Al ver el cadaver me
quedé petrificada. Nos podéis imaginar lo que significa para unas niñas de 15
años tener que dormir una noche con una chica ahorcada.

Al salir el sol pudimos ver una ventana; por ahí escapamos. Después Natalia
insistió en llamar a la policía. Yo tenía miedo.¿Y si se enteraban los hombres
que nos habían encerrado? Creía que lo mejor sería olvidarlo, pero Natalia
insistía. Llamó a la policía y me contó que había quedado con alguien. Después
de unos días desapareció.

Cuando has pasado muchísimo miedo a veces tu mente bloquea el recuerdo.
Pero al ver el cadáver te acuerdas perfectamente de lo que pasó ese día.

Nunca le conté esto a nadie por miedo a acabar como Nat.


Después de ver el cadáver lo único de lo que he tenido tiempo es de girar la cabeza. Después he perdido la conciencia. Lo último que he visto ha sido que alguien se ha tirado al agua para rescatarme.

1 comentario:

Gracias!